jueves, 12 de enero de 2012

Capítulo 7

    No sabía realmente lo que había hecho, solo, que esto le había causado mucho daño, había despertado un fuego dentro de él, que había estado apagado, algo que él había escondido en lo más profundo de su ser, algo que le hacía rasgaba por dentro.
     Sus palabras retumbaban en mis oídos como si todavía siguiera gritándolas “No vuelvas a acercarte a mí” ¿Qué le había hecho? ¡Nunca debí abrir esa maldita caja de hojalata, nunca! Todavía puedo recordar sus ojos bañados en furia, su voz llena de rabia contenida, fría y tensa, su puño apretado y su mano apretando mi muñeca tan fuerte que aún me duele. No puedo parar de llorar y verdaderamente me gustaría hacerlo pero su rostro sigue grabado en mi mente. Y yo ahí plantada podía ver cómo se alejaba casi echando a correr. ¡Vamos Kayla ve tras él! ¡Muévete no te quedes ahí parada! No, no puedo ¿Qué le diría? ¡Da igual, corre!
-         ¡Declan, espera!
   No podía gritar más alto porque todavía seguía llorando y el aliento me faltaba por la carrera. Él fingía no escucharme. Al fin conseguí llegar a su paso.
Me puse delante de él, intentaba pararle pero él buscaba un hueco con la cabeza gacha para salir.
-         Por favor, para, escúchame. Solo un segundo.
-         No, Kayla, aparta ¡Quiero que me dejes! ¿Qué no entendiste?
-         Solo  un segundo, para Declan.
    Dije esto mientras le sujetaba por el pecho y lo echaba atrás con todas mis fuerzas, aunque no parecían ser suficientes porque él seguía insistiendo en no escucharme. Declan resoplaba una y otra vez y su respiración era muy agitada.  Y al final consigue zafarse de mí y se aleja otra vez con un paso lo suficientemente rápido para no poder alcanzarle.
   ¿Pero por qué esconde esas fotos? Fue muy extraña la forma de comportarse y de reaccionar. Además en ellas aparecía muy cambiado de cómo esa hora, su expresión era menos fría, era dulce. Cada vez que salía con esa niña una sonrisa por parte de los dos protagonizaba la fotografía, se les veía tan unidos. Estaban felices cosa que no había visto en él durante el tiempo que le conocía.
   Ahora estaba totalmente confundida y me seguía sintiendo mal por lo que le había hecho. Volvería a buscarle y tendría que hablar conmigo, no podía dejarle solo así.
  
   Seguí los pasos que había dado, calles callejones, parques… Nada  no había rastro de él ¿Dónde había ido?
   Después de una hora decidí dejar de buscarle y volver al instituto. Había perdido una hora de clase pero no pensé en ello sólo pensé en él, ¿qué le había pasado? Las dos siguientes clases estuve totalmente ausente en mí misma. Sonó el timbre que avisaba del fin de la clase y desprendiéndome de mi ensoñación me dirigí rápidamente al pasillo con la esperanza de poder verle y así hablar con él.
   Busqué por todo el instituto, pero no le encontré. Así que me dirigí a casa pero antes pasaría por la suya. Tendría que plantarle cara a esto no podía quedarse así.
   ¡Buff, hace un frío de muerte al salir del edificio! Me subo la bufanda casi a la altura de los ojos, parece que así estoy mejor ajusto el cinturón del abrigo y camino apresurada. El camino de casa al instituto no es muy largo pero en este tiempo se me hace eterno, pero las calles así son bonitas. Cuando están nevadas se ve todo de una manera diferente, todo más brillante y aunque hace frío por lo menos a mí me hace feliz ver a los niños jugar con la nieve y  cómo la gente va a la pista de patinaje del estanque, también me gusta ver los copos de nieve caer, parecen pequeños diamantitos  que bajan desde el cielo y se posan sobre nosotros. A lo lejos se ve el parque. ¡Ahí está Declan! Sentado en un banco solo, se ve triste. ¿Debo ir? Seguro que le molestaría… pero tengo que hablar con él, debo hablar con él.
-         Vaya, debes estar congelado con el frío que hace.
   Intento ser educada de manera que se sienta bien, pero no obtengo respuesta por su parte, nada, ni un simple monosílabo, así que decido continuar con un monólogo.
-         Declan, de verdad que lo siento, no sé cómo conseguir que me perdones lo he hecho todo. No está bien que estés solo ¿sabes? Me gustaría ayudarte… ¿Cómo podría hacerlo?
-         Vete –susurró de manera casi inaudible- ¡VETE! ¡VETE! ¡VETE!
   Esta vez lo grita tan fuerte que una pareja que pasea al otro lado del parque nos mira asustados. Su cara, no podría ni siquiera describirla, solo encuentro dolor dentro de ella, nunca había visto a alguien así.
-         Escúchame por favor.
-         No quiero.
-         Declan te estás comportando como un niño que solamente da la espalda a sus problemas.
-         ¿Acaso conoces mis problemas? ¿Sabes algo de mí? Aparte de lo poco que te he dicho. Nadie me conoce lo suficiente nadie lo hará nunca.
    Parecía tan vulnerable allí sentado desmoronado totalmente. No sé que responderle, lleva razón yo no le conozco pero en parte el que él esté así es culpa mía.
-         Llevas razón Declan no te conozco, pero vi esas fotografías por un error mío del que me arrepiento y te pido perdón pero estabas tan feliz en ellas, estabas tan cambiado. La niña… - hago una pausa-… era tu hermana ¿verdad?

-         ¿Por qué haces esto Kayla? Yo no te he pedido ayuda, no la necesito. Como he dicho siempre he estado solo y me ha ido bien. Así que déjalo.

-         Necesitas que te ayuden.
    Resopla, traga saliva y respira hondo. Y el silencio se hace. Me quedó mirándole y parece que se esté armando de valor, por fin empieza a hablar.
-         Sí, era mi hermana - ¿era? Vaya, ahora lo entendía-  Murió de cáncer ¿vale? Ya está, y si por te lo preguntas no la he olvidado, no lo he superado y no creo que llegue a hacerlo. Mi hermana pequeña murió de cáncer poco a poco delante de mis ojos y no pude hacer ¡Nada por ella!  Ni siquiera pude despedirme de ella, llegué dos segundos tarde al hospital, ella ya había muerto cuando llegué y los médicos acababan de certificar la defunción. Pero pude ver cómo durante un año la luz de sus ojos se apagaba y como se desvanecía su luz delante de mí, y no podía ayudarle ¡Pude ver cómo la perdía!

   Estaba paralizada. Tenía un nudo dentro de la garganta. Sólo se me ocurría una cosa. Le abracé para que sintiera mi apoyo y él correspondió, le abracé tan fuerte como podía. En ocasiones era la mejor manera de mostrarle apoyo a la persona que se encuentra a tu lado. Y así permanecemos un tiempo, su respiración se relaja y es más acompasada.
-         ¿Kayla? ¿Kayla? ¿Eres tú? – es la voz de Ashton a mi espalda, me giro- ¿Qué haces aquí?
-         Estaba… estaba…
-         ¿Qué tal si te vas, tengo que hablar con Kayla?
   Ashton  se acercó y por supuesto no pensaba guardar silencio, apretaba los puños.
-         Ashton déjalo, no pasa nada, lleva razón  tengo que hablar con él.
-         Ya la has oído.
-         No se te ocurra hacerle daño a Kayla en ningún momento.
-         No lo haría. ¿Acaso tú sí?
    Ahora estaba entre los dos. Notaba la tensión del ambiente cómo una peso sobre mí que en cualquier momento podría derribarme.
-         ¿Quién crees que eres? Desde un primer momento no me caíste bien, mi instinto nunca me decepciona- dice Ashton y yo le dedicó una mirada de desaprobación.
-         ¿Tu instinto canino? Ya decía yo que veía algo de caniche en tus andares y tamaño de cerebro.
    ¿Por qué tuvo que decir eso? Me interpongo otra vez entre los dos y me quedo mirando fijamente a Declan.
-         Por favor… no sigas.
-         ¡Vamos él quiere que te vayas! No se fía de mí como ha dicho. ¡Yo tampoco de él y eso no me importa! ¡Vamos vete!
   Declan subía la voz demasiado. Podía escuchar el rechinar de dientes de Ashton y en sus manos veía la rabia entre sus puños cerrados.
-         ¡Ey! ¿Qué demonios te pasa en la cabeza? ¿Eres retrasado?
    Dice Ashton y con esto le propina un buen empujón que le echa hacia atrás.
-         ¿Acabas de empujarme? Dime, ¿acabas de empujarme?
  Se acercan cada vez más. Declan apretaba los puños hasta el punto de clavarse las uñas y Ashton le mantenía la mirada sin apartarla un segundo. En ese instante Declan me echó hacia atrás y me saca de entre ellos dos, colocándome detrás de él y le propina un puñetazo a Ashton en todo el ojo. Pude ver la cara de dolor de Ashton y cómo toda su cara enrojecía no sé si a causa del golpe o la rabia contenida, al principio tenía cara de desconcierto pero luego él le respondió con otro puñetazo que hizo que Declan se doblase de dolor. No podía soportarlo y grité.
-         ¡BASTA! ¡Basta ya! Creo que ha sido suficiente cómo os habéis comportado. ¿Ya estaréis contentos no?
-         Pero Kayla… - la voz de Ashton decrece conforme avanza la frase ya que no sabe que decir.
   Enserio no podía esperar esto por su parte, y ahora tampoco por parte de Declan después de cómo se había comportado antes cuando estábamos a solas. Me alejo y Ashton me sigue para tratar de pararme, pero ahora soy yo la que quiere estar sola. Así que me alejo corriendo.

  

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